Despedimos a la «seño Francis en su jubilación: una trayectoria de entrega y vocación

En el Colegio Cardenal Spínola de Sanlúcar la Mayor vivimos momentos que nos marcan para siempre, y uno de esos días especiales que quedarán en la memoria de toda nuestra comunidad educativa ha sido la despedida de Francis López, «la seño Francis» para nosotros. Una maestra que ha dedicado su vida a la enseñanza con entrega, vocación y un amor incondicional por sus alumnos.
A continuación le dedicamos unas entrañables palabras para decirle «hasta siempre». Una profesora que ha dejado una huella imborrable en generaciones de estudiantes y en todos los que hemos tenido la suerte de compartir el camino con ella.
Un legado de entrega y vocación
Seño Francis:
Ha sido un día de sentimientos encontrados, un día en el que queremos celebrar todo lo que has sido para nuestro colegio, pero en el que nos cuesta decir adiós. Porque no se despide solo a una profesora, se despide a un pilar fundamental, a alguien que ha dejado huella en cada rincón de esta escuela y en cada corazón que ha tenido la suerte de cruzarse en su camino.
Seño Francis, has sido mucho más que una maestra. Has sido guía, refugio y aliento para tantas generaciones. De las de antes, sí, de esas que nunca miran el reloj, que siempre tienen una palabra de aliento, que nunca dicen que no. De las que se arremangan y están donde se las necesita, sin importar la hora ni el esfuerzo.
Tu vocación ha ido más allá del aula. Cuando la campana sonaba marcando el final de la jornada, para ti era solo un descanso en el camino. Abriste tu casa y tu corazón a tantos niños que necesitaron un empujón para seguir adelante, que encontraron en ti no solo una maestra, sino un apoyo incondicional.
Reconocimiento y admiración
Hoy, el colegio se queda un poco más vacío sin tu presencia diaria, sin ese «buenos días» lleno de energía, sin esa sonrisa que nos contagiaba a todos. Nos cuesta entregarte este ramo de flores, porque quisiéramos que fuera un lazo que te atara siempre a estos pasillos, a estas aulas, a este hogar que has ayudado a construir.
Te has ganado el cariño no solo de tus compañeros y alumnos, sino de todo el pueblo de Sanlúcar, que te reconoce y te admira. Hoy no es un adiós, porque personas como tú nunca se van del todo. Siempre habrá un pedacito de la seño Francis en cada historia que se cuente en este colegio, en cada niño al que ayudaste a creer en sí mismo, en cada maestro que sigue tu ejemplo.
Gracias por tanto. Gracias por ser maestra, compañera, amiga y familia para esta gran comunidad. Te vamos a echar de menos, pero sabemos que la huella que dejas es imborrable.
Hasta siempre, con todo nuestro cariño.
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